LA AMISTAD
En primer lugar quisiera
disculparme por algunas palabras vertidas y escritas minutos después de
enterarme de la pérdida, hoy hace una semana, de mi amigo el Sr. Barney por un
trágico y mortal atropello.
Sí, queridos poetas, el Sr Barney
era mi amigo, nadie debe de extrañarse por eso. Nuestra amistad cumplía todos y
cada uno de los requerimientos de esa relación.Comprensión mutua, saber
escuchar, estar siempre a tu lado cuando le necesitas, lealtad, generosidad,
etc…
Los niños, los mejores. Saben
mucho de esto, tienen peces, pájaros, tortugas, hámster; son sus amigos,
inseparables, compañeros, colegas. Ellos
sí saben y se deleitan con la amistad. Algunos hasta se los buscan imaginarios.
Pero porqué los adultos no ???. Quizá por eso, porque se han hecho adultos y
han perdido al niño. Ustedes, queridos
poetas, algunos supongo, también saben de esto, ¿a que sí? ¿Quién no ha hablado
con su caballo? Hasta el protagonista de Jappeloup le pide que no se pare en el
desempate.
Los que han disfrutado y disfrutan
de esta relación lo entenderán mejor, los que no, se lo pierden.
El precio a pagar por esta
amistad es el sufrimiento de la pérdida, un dolor agudo que te deprime y que no
comprendes. Pero merece la pena, es mucho más lo que te dan, tanto es que compensa
ese retortijón de dolor.
Busquen amigos, busquen, incluso
entre los humanos, los hay por todas partes y disfruten de ellos, no se lo
pierdan.
Hace mucho tiempo, cuando era un
niño, alguien me dijo que cuando se pierde a un ser querido éste pasa a formar
parte de una guardia pretoriana que te protege y vela por ti. Yo siempre he
creído eso, me produce una sensación agradable.
Espero que el primer trabajo del
Sr. Barney en este nuevo cometido no haya sido la abdicación de su Majestad. O
sí, quien sabe¡¡¡¡.
Angel Gonzalez.