19 abr 2017

EL OFICIO DE LAS ARMAS



















CERVANTES Y EL OFICIO DE LAS ARMAS

Para Cervantes, el supremo bien ético del oficio de las Armas es el logro y conservación de la Paz.
En comparación con las letras, nos dice que es su fin y paradero entender y hacer que las leyes se guarden, fin generoso y digno de alabanza, pero no de tanta como merece aquel a que las armas atiende, las cuales tienen por objeto y fin la paz. Esta paz es el verdadero fin de la guerra-
Lo que éticamente justifica en nuestros días cualquier acción militar es el logro, la protección o el mantenimiento de la paz como bien supremo.
Concepto avanzado para su época y escasamente reproducido en posteriores textos.

















Con las armas se defienden las repúblicas, se conservan los reinos, se guardan las ciudades, se aseguran los caminos, se despejan los mares de corsarios.













Los varones prudentes, y las repúblicas bien concertadas, por cuatro cosas han de tomar las armas y desenvainar las espadas y poner a riesgo sus personas, vidas y haciendas:
- La primera, por defender la fe católica.
- La segunda, por defender su vida, que es de ley natural y divina.
- La tercera, en defensa de su honra, de su familia y hacienda.
- La cuarta, en servicio de su rey en la guerra justa
- Y si quisiéramos añadir la quinta, que se puede contar por segunda, es en defensa de su patria.













La virtud no puede dejar de ser conocida y la que se alcanza por la profesión de las armas resplandece y campea sobre las otras.















Chevi Sr.

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