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7 sept 2016

DOS IMPRESENTABLES Y UNA “IMPRESENTABLA”













DOS IMPRESENTABLES Y UNA 

“IMPRESENTABLA”

       Empecemos con el primer impresentable político-mediático.

       JULIO ANGUITA
       Es otro bonzo de izquierdas al que ama la pija derecha, esa que no nos representa a millones de españoles, los de tradición cristiana y patrióticos a la antigua y sana usanza.
    Julio Anguita es del grupo de veteranos marxistas reconvertidos, mediante un spray “democrático” oportuno, en simpáticos críticos de los pelmazos de la izquierda actual. Habla ex-cátedra. Hemos leído una entrevista que en el impoluto EL MUNDO, donde le hacen una serie de preguntas para definir (presuntamente) su personalidad. El que tenga estómago para leerse la estúpida entrevista, que la busque, nosotros nos limitaremos a un breve comentario. Pero no puede don Julio evitar el mostrar su perfil más siniestro de bellaco al quitar la excesiva importancia que se da a los crímenes ETA, si no se denuncian al mismo tiempo los crímenes de Franco y de los suyos. Al preguntarle por Otegui (“El Mundo” escribe “Otegi”) dice lo siguiente: “Un señor (Otegui) que creyó una cosa, que actuó consecuentemente, que tiene sus responsabilidades. Pero no más. No más que los que mancharon sus manos de sangre con Francisco Franco... Aquí recordamos todos los días a los muertos de ETA, que está muy bien, pero no recordamos a las víctimas de los paseos franquistas ni a los que están en las cunetas. Si hablamos de crímenes vamos a sacar a todos los criminales”.
Por supuesto que él, que procede de un partido marxista que como tal ha bañado de sangre el siglo XX, nada dice de sus ancestros ideológicos, los de las chekas, la mayor persecución religiosa de la Historia (hoy dirían de la forma cursi habitual que sólo eran “cristianófobos”), el saqueo y destrucción del Patrimonio… ¿De verdad hay que hablar de todos los crímenes?
      Nos repugna este personaje, que como otros de su calaña, se baña hoy en colonia “democrática”, dispuesto a vivir del cuento encaramado a un altar de santidad laica.
    El otro impresentable, 

JOAQUIN LEGUINA
 es el personaje que nos legó, cuando era Presidente de la Comunidad de Madrid, una Bandera mezcla de bandera de país comunista y de marca de cervezas. No sabemos si esta joya dice lo que su cofrade Anguita: “no creo en Dios, ni me hace falta alguna”, y ya se puede sonreír a los medios, especialmente a los del tendido de sombra. Lo hemos visto en una entrevista de cadena derechona donde alaba a su bando frente populista.
   El ”Muro de la Vergüenza” que protege a tanto villano nos impide llegar hasta ellos para cantarles las cuarenta. Los veremos con frecuencia en las tertulias de la “Derecha”, sentados (ellos) en la butaca reservada a los perfumados marxistas o ex–marxistas. Menos mal que con ese botón que nos permite cambiar de cadena, los podemos mandar a la mierda en un santiamén.
    Y ahora, vamos con esa pendeja política apellidada…

    CIFUENTES   
    La hemos visto y oído por la tele diciendo que la mayoría de los católicos españoles están en contra de los obispos, porque estos clérigos se niegan a reconocer la bondad de las nuevas leyes (LGTBI) impuestas, no ya a favor de los maricas (gays en inglés), sino amenazantes y en contra de los que odiamos el Día del Orgullo Gay y a sus orgullosos blasfemos. Y como aquello del “divide y vencerás” es fundamental en la guerra, pretende mostrar la señora Cifuentes a una Iglesia Católica dividida entre la de los curas “progres” que se ocupan del pueblo, y la de los Obispos que van por libre sin tener en cuenta las necesidades más perentorias de su grey.
    En un programa televisivo se pretendía discutir la actitud de un cura que había bendecido el amor de dos lesbianas, previamente “matrimoniadas” por lo civil (“cosas veredes, amigo Sancho….”). Separados en dos grupos presuntamente opuestos, la presentadora, inclinada descaradamente por la opinión anti-obispos, llevaba la discusión por donde ella quería, es decir, por donde sus amos le habían ordenado y por lo que quizás cobraba un plus por dedicación especial, y se negaba a reconocer la autoridad del Obispado a rechazar esta actitud del cura bendecidor.
    Y al final vimos a la Cifuentes arremangada y metida en faena, decir aquello de que la mayor parte de los cristianos españoles están en contra de la opinión de los Obispos. Y es que estos “pensadores”, indudablemente idiotas, entre los que destaca la señora Cifuentes, pretenden que la Iglesia se pliegue a las leyes, las que sean, y no pueda ejercer su misión orientadora y evangélica. Con los Colegios de Médicos, Abogados o Registradores de la Propiedad es muy peligroso meterse en sus terrenos, pero con la Iglesia ya es otra cosa y muy pronto, para reeditar los Cuatro Evangelios, antes habrá que pasar por la censura institucional porque hay que proteger y premiar a los sodomitas, a los que ya el antiguo testamento consideraba pecadores de primera línea.   
   A nosotros, gracia a los tremendos apoyos institucionales, entre ellos los de la Cifuentes, todo lo que rodea al tema de los maricas (gays en inglés) nos aburre y nos repugna, sentimiento que recordamos no está sujeto a leyes. Dios creó al hombre y a la mujer, les dio personalidad y características distintas para la procreación, gracias al amor y al sexo, porque no hay otra forma de ampliar la Humanidad. La familia es el núcleo esencial de la Sociedad de los Humanos, razón por la cual Satán y sus acólitos pretenden destruirla. Que la pija Derecha se ponga del lado de los que pretenden destruir la Iglesia muestra el poder satánico que nunca, nunca, podrá imponerse a la voluntad de Dios, pese a las apariencias.



Ahí va esa foto en la que se me ve junto a uno de mis queridos vecinos, los burros serranos de alzada poco corriente.



 “von Thies”