21 ago 2018

MI VIAJE POR ÁFRICA X



















MI VIAJE POR ÁFRICA X

Parece más prudente intentar descubrir algunos datos sobre el país, en cuanto a su extensión y características, a sus esperanzas y desengaños o a sus realidades e ilusiones antes de intentar formar una opinión propia, aunque sea provisional.
Desde las laderas que se alzan en torno a Nairobi en un día despejado, se puede distinguir la cresta nevada del Monte Kenia, a unas cien millas de distancia, con su abrupta y puntiaguda cumbre vetada de un blanco resplandeciente. En esa misma dirección arranca una carretera-transitable incluso por vagones y vehículos de motor aunque está sin asfaltar-que pasa por Fort Hall y cruza el río Tana. A lo largo de su trayecto existen innumerables parajes por descubrir. Una fértil, salvaje y escabrosa región, abombada por sucesivas ondulaciones y escindida en numerosas gargantas que cobijan arroyos sombreados por magníficos árboles, se va desplegando ante los ojos. Esparcidos por extensas heredades de varios millones de acres, se ven algunos asentamientos de colones que ya están echando raíces y creando su propia forma de vida. Unos se dedican a criar ganado mientras otros cultivan café, una planta que crece en este generoso suelo, con tanta exuberancia como para amenazar su propia extinción. En cierto punto se divisa una plácida manada de avestruces, ovejas y otros animales al cuidado de un niño nativo de unos 11 años; más adelante , se revela una perfecta vaquería, admirablemente equipada.

En uno de los ríos que cruzamos se acaba de construir un embalse y las turbinas ya están preparadas para iluminar Nairobi con energía eléctrica; en las orillas de otro, se proyecta la construcción de un hotel.
En un lugar de esta zona me tropecé con una honrada familia de Hightown, Manchester, abordando con afán el cultivo de una enorme extensión de diez mil acres. Muy cerca de allí, un viejo bóer, que ha recorrido toda África rehuyendo la bandera británica, está sentado ante su cabaña con aire impasible, reconciliado al fin con el régimen británico, tras la experiencia de haber vivido durante unos mese bajo el paternal gobierno de un protectorado vecino. Posee poco ganado y todavía menos capital en efectivo pero tiene las ideas muy claras sobre el paradero de los leones; allí mismo además, conserva el sólido carromato de la Gran Trek, un arca donde refugiarse cuando falta todo lo demás.





AY MI DIOS





Chevi Sr

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