27 ago 2017

EL SALUDO LEGIONARIO



Dedicado con afecto a todos los ESPAÑOLES que viven en CATALUÑA.

EL SALUDO LEGIONARIO


Con el gorro en la mano izquierda y el brazo en alto gritad conmigo:

¡VIVA LA LEGIÓN!
¡VIVA EL REY!
¡VIVA ESPAÑA!




GRUPO DE CABALLERÍA LIGERO ACORAZADO
“REYES CATÓLICOS”
II DE LA LEGIÓN


CREDO LEGIONARIO


EL ESPIRITU DEL LEGIONARIO
Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.

EL ESPIRITU DE COMPAÑERISMO
Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

EL ESPIRITU DE AMISTAD
De juramento entre cada dos hombres.

EL ESPIRITU DE UNION Y SOCORRO
A la voz de “A mí la Legión”, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella defenderán al legionario que pide auxilio.

EL ESPIRITU DE MARCHA
Jamás un Legionario dirá que está cansado, hasta caer reventado, será el Cuerpo más veloz y resistente.

EL ESPIRITU DE SUFRIMIENTO Y DUREZA
No se quejará: de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed ni de sueño; hará todos los trabajos: cavará, arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes trabajará en lo que le manden.

EL ESPIRITU DE ACUDIR AL FUEGO
La Legión, desde el hombre solo hasta la Legión entera acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.

EL ESPIRITU DE DISCIPLINA
Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.

EL ESPIRITU DE COMBATE
La Legión pedirá siempre, siempre combatir, sin turno, sin contar los días, ni los meses ni los años.

EL ESPIRITU DE LA MUERTE
El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.

LA BANDERA DE LA LEGIÓN
La Bandera de La Legión será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios.

TODOS LOS HOMBRES LEGIONARIOS SON BRAVOS
Todos los hombres legionarios son bravos; cada nación tiene fama de bravura; aquí es preciso demostrar que pueblo es el más valiente.



Sahara


III TERCIO EN SIDI BUYA












A la salida del Tercio 
LA SAGUIA EL HAMRA

Con el gorro en la mano izquierda y el brazo en alto gritad conmigo:

¡VIVA ESPAÑA!

Chevi Sr.

25 ago 2017

MOTERA Y RACISTA





Un buen amigo me remite la reflexión de una amiga suya, sobre la que está cayendo y la que se nos puede venir encima , para mi muy bueno.


Soy motera y racista.

Si, como suena, ayer por decir que prefiero las fronteras cerradas para controlar la entrada y salida de personas, me llamaron RACISTA, así que me declaro y me confieso racista por los siguientes motivos…

SOY RACISTA porque me niego a que en mi país me quiten o anulen nuestras tradiciones y costumbres.

SOY RACISTA porque me niego a que cambien nuestras leyes por otras leyes extranjeras que nos quieran imponer.

SOY RACISTA porque me niego a que me obliguen y me impongan costumbres y tradiciones de otros países anulando las nuestras.

SOY RACISTA porque me niego a que las mujeres no puedan orar ni entrar a los templos en compañía de los hombres.

SOY RACISTA porque me gusta salir con amigos y amigas a bares y cafeterías y discotecas, y no quiero que estén encerradas y marginadas en casa mientras el hombre va a los bares por el hecho de ser hombre.

SOY RACISTA porque me niego al machismo retrogrado y violento.

SOY RACISTA porque me niego a que niñas menores de edad, no puedan estar jugando con muñecas y acudiendo al colegio y les obliguen a casarse con maduros y viejos, y que NO sean violadas.

SOY RACISTA porque me niego a que me quiten y prohíban tomar una cerveza fría en verano y una buena copa de vino con un buen plato de jamón ibérico sin que me den una paliza diaria y me metan en la cárcel en el mejor de los casos.

SOY RACISTA porque me niego al maltrato físico de la mujer por no usar un pañuelo en la cabeza, o un burka y no sean apaleadas. O que por usar vaqueros o perfume las llamen putas y que cualquier hombre tenga derecho a violarlas por ese motivo.

SOY RACISTA porque quiero igualdad entre hombres y mujeres.

SOY RACISTA porque quiero respeto y reconocimiento en las personas que tengan tendencias sexuales libres y no les ahorquen en plazas públicas.

SOY RACISTA porque quiero que mis paisanos (españoles) tengan preferencia sobre los extranjeros, cuando viajo a un país extranjero ellos tienen preferencia sobre mi por estar en su país.

SOY RACISTA porque quiero que no haya distinciones entre niños y niñas y puedan estudiar juntos y tengan capacidad de elegir su futuro.

SOY RACISTA porque quiero poder elegir una religión o ninguna, y que por ello no me cueste la vida siendo decapitado.

SOY RACISTA porque quiero que las mujeres de España puedan ir a la playa y usar bañador, bikini o hagan top les si les apetece, y por ello no sean apaleadas, apedreadas o encarceladas.

SOY RACISTA porque quiero que la vida de una mujer o una niña tenga el mismo valor e importancia que la de un hombre, que no haya distinción de sexos.
SOY RACISTA porque quiero que al igual que en España hay mezquitas, en los países musulmanes haya iglesias católicas

Si, por todo eso y muchas más cosas, por un largo etc. ME CONFIESO RACISTA, y ME NIEGO a que impongan la religión musulmana en los colegios españoles como ya lo tiene acordado y aprobado el gobierno español, ya tienen sus mezquitas, mientras que los cristianos siguen perseguidos, apaleados y ejecutados en los países musulmanes....y creo que en España hay más de un 98% de racistas. Os ha quedado claro?

Tere


Chevi Sr

24 ago 2017

INGRESO EN LA GUARDIA CIVIL














Tels. 91 454 28 41 / 650 21 13 54



Javier D-Ticio Ferrer

29 jul 2017

APRENDÍZ DE HOMBRE





APRENDIZ DE HOMBRE



El día 27 de julio de 2017, se ha publicado en el diario ABC, un artículo de Ignacio Sánchez Cámara, en cual el autor dice que abominar de estos textos por proceder de la época de Franco podría ser tan descabellado como abominar de los semáforos o la televisión o el fútbol por el mismo motivo. Entre los errores del franquismo no se cuenta precisamente el amor a España. Ni Quevedo queda mancillado porque lo seleccionara Torrente Ballester.

A caso la Providencia, lo que los descreídos llaman casualidad, ha vuelto a poner en mis manos, con motivo de traslados y mudanzas, un viejo libro escolar, lejano, pero no olvidado. Se trata de una obra publicada como libro de texto para el Segundo Curso del viejo Bachillerato de la asignatura denominada Formación del Espíritu Nacional. Para muchos, una despreciable antigualla franquista. Puede ser. Sus presuntos lectores contaban unos once años. Eran, éramos, maravillosa edad, aprendices de hombre. La primera edición es de 1960. Comenzaban los sesenta, apasionantes y errados, jóvenes y ya vetustos. Pero eran nuestros sesenta.

En honor a la verdad, debimos de leer más bien poco, pero algo, tal vez, quedó. Se trataba, permítaseme el empleo del pasado, aunque el libro sobrevive a la devastación del tiempo, de una antología de textos, agrupados bajo los siguientes epígrafes: Convivencia, Modos de relación humana, Autoridad y libertad, El trabajo y La persona. Y todo movido por un impulso indeclinable de amor a España y vocación educativa. Lo encabezaba una cita de Eugenio d’Ors, español por catalán. Rezaba así: 

“Todo pasa. Pasan pompas y vanidades, pasa la nombradía como la oscuridad. Nada quedará, a fin de cuentas, de lo que hoy es la dulzura o el dolor de tus horas, su fatiga o su satisfacción. Una cosa sola, Aprendiz, Estudiante, hijo mío, una sola cosa te será contada, y es tu Obra Bien Hecha”. 

Amén.

Y se sucedía un rosario de textos, nacidos del amor al hombre y la devoción a España, seleccionados e introducidos por Gonzalo Torrente Ballester. Entre otros, Aldecoa, el anónimo autor del Myo Cid, Calderón, Cela, Cervantes, Eva Curie, Chejov, Chesterton, Dostoyevski, Esquilo, Fustel de Coulanges, Gobineau (no lo omitiré, con un texto sobre Miguel Ángel), san Isidoro de Sevilla, Kipling, Laín Entralgo, Manuel Machado, Azorín, Gabriel Miró, Ortega y Gasset, Papini, Pérez Galdós, Platón, José Antonio Primo de Rivera (tampoco lo omitiré, pero, ¿cabe dudar de su amor infinito a España?), Quevedo, Rubén Darío, Sánchez-Albornoz, Shakespeare, Sófocles, Spengler y Alphonse de Vigny. Fascistas todos. Más dos textos del Evangelio y del Antiguo Testamento.

No se trata de un ejercicio de nostalgia de las cosas que han pasado, como canta el tango “Sur”. Ni una improbable preferencia por el pretérito. Creo que nuestro verdadero patrimonio es el presente, pero somos el pasado y, sobre todo, el futuro. El pasado vive y actúa en nuestro presente. Somos lo que hemos sido y lo que seremos, lo que debemos ser. Leo Perutz, en El maestro del Juicio Final, afirma:

 “Has de saber que las cosas que ocurren no terminan nunca”. 

Por lo demás, Jorge Manrique, que bien podría haber estado en la antología de Torrente Ballester, no afirma que cualquier tiempo pasado fue mejor, sino “cómo a nuestros parescer”, cualquiera tiempo pasado fue mejor. No fue, pues, mejor, sino que sólo nos lo parece. No tengo nostalgia de 1965. Si acaso, la tengo de mis once años. En realidad, pienso, con Hegel, que las ruinas son la fisonomía del pasado. Pero hay ruinas tan magníficas, por ejemplo, Atenas o Roma.

Abominar de estos textos por proceder de la época de Franco podría ser tan descabellado como abominar de los semáforos o la televisión o el fútbol por el mismo motivo. 

Entre los errores del franquismo no se cuenta precisamente el amor a España. 

Ni Quevedo queda mancillado porque lo seleccionara Torrente Ballester. Es verdad que no poco se debió de hacer mal, cuando aquella generación, salvo, sin duda, notables excepciones, no se haya decantado por el rendido amor a la Patria, tal vez porque lo vieran ejercido por quienes políticamente despreciaban. Por mi parte, no puedo pasar mis ojos sobre las viejas páginas sin sentir nostalgia, tristeza y casi dolor. Y sin dejar de pensar que quienes entonces cursábamos el Bachillerato, con nuestra ligera carga de once años, estábamos muy lejos de la Atenas de Pericles o de la Florencia de los Medici, pero algunos maestros, acaso sabios sin saberlo, nos inculcaron el amor a la religión, a la cultura y a España. De ninguna de las tres cosas, ni ellos ni nosotros, tenemos que lamentarnos ni avergonzarnos. Por el contrario, sólo podemos deplorar su transitorio eclipse actual.

Ahora, cuando la nuestra padece el mayor mal que una nación puede sufrir, que es la amenaza de su destrucción, resbalan mis ojos por las páginas del viejo libro y comprendo que el problema de España es, hoy como hace cien años, un problema educativo y, por lo tanto, moral. Dicen que el nacionalismo se cura viajando, y no se interpreten mis palabras como mero nacionalismo español, pues el amor a la Patria no es nacionalismo, sino patriotismo. El odio a España se cura leyendo, estudiando. No con la fatua petulancia del recuerdo de las glorias del pasado, que, pese a que a muchos les duela, existieron, sino con la enérgica pasión por la nación que dejaremos a nuestros hijos. La Patria es más la tierra de los hijos que la de los antepasados. Más doloroso es el suicidio de una nación que su muerte a manos enemigas y ajenas. No existe un problema nacional más profundo que el de la supervivencia de la nación. Y es un problema, como todos los hondos, de naturaleza espiritual.

Si algún amable lector me reprochara un ejercicio de vacua nostalgia, sólo le pediría que lo piense un poco más. Cedo, sin más, la palabra a Torrente Ballester, al comienzo de su antología y después de expresar su confianza en la vida eterna:

“Naciste hombre, y hombre serás eternamente. Y has sido puesto en el mundo precisamente para vivir entre hombres, para sufrir y gozar con ellos, y para hacer con ellos, entre ellos, tu vida, minuto a minuto. Porque, al hacerte hombre, se te dio una vida para que la vayas haciendo: una vida de la que serás responsable”.

Es poco probable que alguien con once años lea este libro y, quizá menos aún, este artículo. Tú, improbable lector de once años, has de ser aprendiz de hombre. Mas no creas que es tarea menor la de aprendiz. Todos, todos somos sólo aprendices. La de aprendiz de hombre es una tarea inacabable. Y, no sin esfuerzo, podemos acercarnos, día a día, a ese ideal. No se aprende sólo en la niñez o en la adolescencia. Es la tarea de toda la vida: ser aprendiz de hombre.

Ignacio Sánchez Cámara
Catedrático de Filosofía del Derecho



Chevi Sr

27 jul 2017

DISCO DURO PETAO









Asunto: Memoria


Buenas noticias, Esto me hizo sentir mejor!

¡Los cerebros de las personas mayores son lentos porque saben muchísimo!

La gente no declina su capacidad mental con la edad, sólo les toma más tiempo recordar los hechos porque tienen mucha información en sus cerebros; los científicos creen que al igual que el ordenador, el disco duro se llena, así también lo hacen los seres humanos y toma más tiempo para acceder a dicha información cuando sus cerebros están llenos.

Los investigadores dicen que este proceso de desaceleración no tiene nada que ver con el deterioro cognitivo.

De acuerdo al doctor Michael Ramscarl el cerebro humano funciona más lento en la vejez, por el sólo hecho de tener almacenada gran cantidad de información a través del tiempo.

Los cerebros de las personas mayores no se debilitan, sino por el contrario ¡están repletos de sabiduría!

Frecuentemente las personas mayores suelen ir a otra habitación para conseguir algo y cuando llegan allí, se paran preguntándose qué  fue lo que vine a buscar.

Esto no es de ninguna manera un problema de memoria, es la forma lógica en que nuestro sistema opera con el brillante objetivo de hacer que las personas mayores hagamos más ejercicio.

Ahora cuando no me llegue a una palabra o un nombre, no voy a excusarme diciendo "Ya mi cabeza no da" Ahora, voy a decir:

"¡Mi disco duro tiene una extraordinaria cantidad de información!"

Tengo muchos más amigos a quienes debería enviar esto, pero ahora mismo no recuerdo sus nombres. Así que por favor envíen esto a sus amigos; posiblemente sean amigos míos también.


Creo que este alentador artículo nos va a gustar a todos!!




Chevi Sr
(O algo así...)