14 ene 2011

El novio de la muerte








Aqui va una minihistoria. Una de tantas que componen la gran Historia. Como curiosidad y para ubicar las cosas en su sitio, el saber no ocupa lugar.
Más aún, tratandose de algo nuestro.
Que aproveche el saber un poco más.

Otras historias
"El novio de la muerte"


Entre los adultos es dificil encontrar a personas que no hayan oído nunca la canción "El novio de la muerte". La conocemos como el himno de la legión, y habrá gente que se la asignen a Franco o a su época de dictador. A las nuevas generaciones simplemente les hacen pasar de la cultura histórica.

Pues nada más lejos. Durante toda la República, anterior a la Dictadura, se cantaba.

"El novio de la muerte" nació como una canción escrita para el escenario, con letra de Fidel Prado y música del catalán Juan Costa, en 1920, cantada por vez primera por la cupletista Mercedes Fernández (con nombre artistico "Lola Montes") en el teatro Vital-Aza de la capital malagueña a mediados de Julio de 1921.

Tras su exito se le pidió que dias despues actuara en Melilla, como así hizo, saliendo a escena vestida de enfermera. Fue esa casualidad que hizo que Lola Montes viviera en dicha plaza los tensas jornadas en que las fuerzas españolas hacían frente a las kabilas moras victoriosas de Annual.

La canción gustó a los legionarios y llegaron a identificarse con ella, tal que rápidamente la adoptaron como su canción preferida, arreglada a ritmo de marcha, con el beneplácito del teniente coronel Millán Astray.

En 1952 el músico militar Ángel García Ruiz hizo un arreglo a ritmo de marcha procesional para el desfile del Miércoles Santo en Ceuta. Al día siguiente se repitio en Málaga. Su emotividad no tiene parangón cuando se la oye cantar a los legionarios, con paso lento y portando el Cristo de la Buena Muerte.

http://www.turismoyarte.com/musica_militar/musica_militar.htm




La Muerte no es el final sino el puente a la Gloria.



Juan Heredia Diaz del Riguero
Tcol de Cabalería
Gerente del SEK

3 comentarios:

Gonzalo Rodríguez-Colubi Balmaseda dijo...

Juan como me alegra verte por aquí. Y más escribiendo de algo tan bonito.
Por otra parte, veo que sigues con tu habitual sorna.
Me refiero cuando aludes a la República y la Dictadura. No puedo estar mas de acuerdo. Son tantísimas,además de la tuya y la mía, las familias que sufrieron la represión y persecución durante la Dictadura...
Si en vez de Franco hubiera dirigido a España Alcalá-Zamora, otro gallo nos hubiera cantado.Si el ministro de trabajo dictador Girón de Velasco, hubiera tenido las formas tan democráticas de su homólogo Largo Caballero nos hubiera lucido mejor el pelo. Si en la cartera de Hacienda, Benjumea hubiera invertido el oro como Negrín, hoy no estaríamos en crisis.
De cualquier forma agua pasada no mueve molino. ZP, mas cercano a los demócratas de la II República, está por la labor de culturizarnos, educarnos y memorizarnos.Es uno de sus grandes objetivos. Y hablando de objetivos uno de ellos es encargar a algún buen pintor un cuadro de un suave bombardeo que ocurrió casi 1000Km al sur de Vizcaya. Fue en un pueblo de Córdoba, Cabra. Pero nada que ver con el bárbaro bombardeo fascista de Guernica. Los objetivos de la aviación republicana eran otros.
Un fuerte abrazo, Gonzalo

Chevi Sr dijo...

Juan bienvenido. Esta historia, habiendo sido Legionario con Chapiri,la conocía más o menos, pero no conocía los detalles, que siempre son tan importantes.

Gonzalo Rodríguez-Colubi Balmaseda dijo...

El 7 de Enero de 1921, en Beni Hassán, cuando la Legión tenía solo unos meses de existencia, después de haberse defendido heroicamente con su escuadra frente a los kabileños que los atacaron y pretendieron apoderarse de sus armas, murió a consecuencia de las heridas recibidas el Cabo Baltasar Queija de la Vega. Era el primer legionario que perdía la vida en un hecho de armas. En su bolsillo se encontraron unos versos llenos de emoción y sentimiento. Se dice que acababa de enterarse de la muerte de su novia, y en esas confidencias íntimas que se hacen al compañero en las largas esperas campamentales de una estrellada noche moruna, había confesado: ¡Ojalá la primera bala no tarde mucho y sea para mi corazón, para reunirme pronto con ella!. Pocas horas después, su escuadra fue atacada. Toda una premonición que presagiaba el futuro canto "El Novio de la Muerte"