"EL JEFE DEL ESTADO Y EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO TIENEN
MIEDO A ACTUAR"
General Manuel Fernández-Monzón Altolaguirre:
“La situación
actual en Cataluña debería considerarse un acto de alta traición que impondría
la aplicación del estado de guerra”
El general Manuel
Fernández-Monzón Altolaguirre es “genio y figura, hasta la sepultura”. A sus
ochenta y tres años, este hijo de militar asesinado en Paracuellos en 1936,
forma parte de esa otra “memoria histórica” a la que la España actual parece
haber perdido de vista. Conserva intactas sus facultades fisicas y sobre todo
la agilidad mental de la que siempre hizo gala. Licenciado en Derecho, fue
secretario general del Servicio de Contraespionaje, formó parte del Servicio
Internacional de Inteligencia con el que España operó en la enemiga Unión
Soviética a principios de los años setenta.
En 1972 ingresó en
el recién creado Servicio Central de Documentación de la Presidencia del
Gobierno fue director del gabinete del Ministro de Información y Turismo, Pío
Cabanillas. Director del gabinete y portavoz del ministro de Defensa con los
ministros Rodríguez Sahagún y Alberto Oliart. En 1988 ascendió a general de
Brigada de Infantería, obteniendo el mando de la Brigada Mecanizada Maestrazgo
Nº 3 y el cargo de gobernador militar de Murcia y Cartagena.
En 1989 fue
destinado como inspector del Arma de Infantería, en el Cuartel General del
Ejército. Su último cargo militar fue el de subdirector de la Escuela Superior
del Ejército y jefe de la Escuela de Mandos Superiores. También ha sido
inspector-jefe de la Policía Municipal de Madrid y ha realizado misiones de
inteligencia al frente de equipos de la OTAN en Pakistán y Afganistán
Mi general,
¿debe aplicarse ya el artículo 155 de la Constitución en Cataluña?
Realmente ya no es
suficiente la aplicación del artículo 155. La situación actual, la situación
que se ha producido hoy mismo, tras el debate y votación del parlamento de
Cataluña, debiera considerarse un acto de alta traición que impondría la
aplicación del Estado de Guerra.
¿Espera alguna
actuación contundente por parte de la Jefatura del Estado o de la presidencia
del Gobierno?
Estoy seguro que
no. Tienen miedo a hacerlo. Piense usted que el 6 de octubre de 1934, en pleno
apogeo de la Segunda República, nada más producirse la incorporación de tres
nuevos ministros de la CEDA al gobierno de Alejandro Lerroux, tras
desatarse la huelga revolucionaria convocada por los socialistas, Luis Companys
proclamó el Estat Catalá, tras acusar al nuevo gobierno español de
“monarquizante y fascista”. El presidente Lerroux actuó de forma rápida,
declarando el estado de guerra y asegurando que “estaba en un momento de lucha
y que estaba dispuesto a vencer” y el general Batet, prácticamente con un
capitán, cuatro soldados y dos cañones situados en la Plaza de Sant Jaume,
dominaron la situación. Ya está bien de cachondeo. Esto es un desprecio y
humillación a España y a los españoles.
¿Espera algo de
la actual cúpula castrense?
No me atrevo a
opinar porque yo estoy en la reserva y solo puedo pensar en qué es lo que haría
yo de encontrarme al mando de las tropas. Pero, mientras sea posible, los
militares tienen que actuar dentro del estado de la legalidad.
Jerarquía y
obediencia. Mi general, ¿si el alto mando militar no diera orden alguna y se
produjera un ultraje a la unidad de la patria, ¿cree que estaría legitimada una
acción militar?
Por supuesto que
sí. Cuando se elaboró la Constitución del 78, también se contempló un
“documento denominado S.A.M.” (Supuesto Anticonstitucional Máximo) que recoge
los deberes y obligaciones en el caso de producirse la rebeldía de una de las
regiones. Pero es que, además, las Fuerzas Armadas (FF.AA.), según el artículo
8 de la Constitución, tienen perfectamente definidas sus obligaciones.
Dentro de las
fuerzas armadas, si no recibieran la orden de intervenir, ¿sería desobediencia
la decisión unilateral de mandos militares que decidieran posicionarse ante el
conflicto?
Si la actuación es
en defensa de la unidad territorial de la patria y de la legalidad vigente,
cualquier actuación militar estaría –a mi juicio- sobradamente legitimada
contara, o no, con el apoyo explícito de sus mandos.
¿No debería ser
un general quien asumiera la decisión de desobedecer órdenes superiores y
actuar en defensa de defensa de la unidad de España y del orden constitucional?
No veo por qué. El
18 de julio de 1936, de todos los generales, no se sublevó ninguno.
En una situación
tan comprometida como la que estamos, todo alto mando militar que no tomará una
decisión contundente en defensa de la unidad de la España, ¿estaría cometiendo
un delito de traición a la patria?
Mire, se trata de
un problema de la conciencia de cada cual y cada cual habrá de asumir su
responsabilidad para con la patria y para con la historia. La Constitución
española está clarísima. Para mí, el Artículo 116 de la Constitución lo regula
todo. Y no creo que dé para interpretaciones personales. El texto
constitucional es meridianamente claro.
La política de
ascensos militares y, más en concreto, la excesiva politización en la promoción
a coronel y al generalato ¿puede esto condicionar la falta de decisiones
patriotas por parte de los jefes de los regimientos y divisiones militares?
Claro que podrían y
además condicionaría a muchos mandos militares. Muchos compañeros de armas
tienen una actitud servil cuando están en activo y otra muy diferente cuando
son destinados a la Escala B.
El Ministerio de
Defensa, con los militares que estamos en la reserva, ni se portan bien ni
mantiene ningún tipo de relación. Nos ignoran… se comportan como si no
existiéramos…
En la actual
cúpula castrense. ¿Piensa que puede quedar algún militar no domesticado por el
poder civil y con las agallas necesarias para emprender una acción de este
tipo?
Quiero pensar que
si se llega a una situación límite, alguno lo pensará…
Y, ¿cuándo
considerará que se ha llegado a esa la situación límite?
En el momento en
que se celebre o se intente llevar a cabo la celebración de ese referéndum,
aunque, en realidad, la situación límite ha llegado desde hace mucho…Estamos
viendo el espectáculo ridículo, casi esperpéntico, de guardias civiles armados,
en las puertas de sus cuarteles y protegidos por chalecos antibalas, que no
pueden actuar, si quiera, en caso de ser golpeados. Para mí todos los
dirigentes de la Generalitat de Cataluña y del Parlament Catalán deberían ser
detenidos todos por alta traición a España. Pasar la línea roja es algo
perfectamente recogido en el artículo 55 de nuestro ordenamiento
constitucional.
Con todo lo que
hemos comentado, ¿cre que Cataluña será independiente?
La independencia de
Cataluña no se va a producir. Lo que no sé es si se impedirá de mala manera o
no.
Josele Sánchez. Director de La Tribuna de Cartagena
Chevi Sr.
Josele Sánchez. Director de La Tribuna de Cartagena
Miércoles, 6
de septiembre de 2017
Chevi Sr.