Siempre he sentido una especie
de fascinación por aquellos mayores que viven su vida como el Viejo y el Mar. Sí, aquel en el que todo en él era viejo excepto sus ojos, del color de los Océanos, que permanecían con un brillo cómplice e invictos. Mis gustos y costumbres dan fe de ello.
El Viejo y su Pez.
Hace dos o tres años, acompañaba a mi hijo al colegio, y unos amigos cuando me marché le dijeron: "Anda Rafa te ha traído tu abuelo al colé."
Hace unos días, iba mi mujer
con los Chihuahuas y la paró una supuesta conocida a la vez que le dijo: "Anda son Ratón y Marta, los conozco porque coincido muchos días con tu padre (yo) cuando los saca a pasear. "
Esa gente tan natural y espontánea... pequeños y grandes. A los pequeños les perdono.
Pues ni soy el abuelo de mi hijo Rafa, ni el padre de mi mujer. Soy el abuelo de mis nietas, y para muestra un botón:
Jimena encima de su padre dejando claro quien manda.
Esta es una de mis nietas. Ahora el que pueda que lo supere.
El abuelo de Jimena y Julia.