LA ESPOSA DEL MILITAR
Haciendo bueno aquel dicho de
“Detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer”, en este Foro no nos
gustaría olvidar a alguien que –aunque a veces lejos- siempre está muy cerca
del Militar, presente en sus pensamientos y en su corazón: LA ESPOSA DEL
MILITAR.
La esposa del Militar, siempre
a la sombra, es una de las mujeres que más respeto le debería de tener esta
sociedad, no por ser esposa de un Militar, sino por su coraje: Cuánta soledad y
tristeza al enfrentar a solas las enfermedades de los hijos, cuánta soledad y
tristeza para educar a los hijos a solas, cuánta soledad y tristeza de festejar
un Día del Padre con el padre ausente, un Día de la Madre, un cumpleaños de los
hijos, una Primera Comunión, un nacimiento de un hijo, una Navidad un Año
Nuevo… ¡Cuánta soledad y tristeza! Cuántos fines de semana trabajando sin
sueldo. Cuánta soledad y tristeza ver que tu hijo no reconoce a su padre por la
ausencia del hogar y dolor desgarrador de ver a un hombre que no sabe cómo compensar
el tiempo perdido… Y el hombre fuerte se transforma en un frágil ser humano y
derrama las lágrimas más tristes de impotencia, pero siempre esta consiente que
el DEBER A LA PATRIA SIEMPRE ESTA PRIMERO.
Dios estaba creando un modelo
para las Esposas Militares y ya se encontraba en el Sexto Día de arduo trabajo,
cuando un ángel se le apareció y le dijo: “Señor, parece que os está costando
mucho crear este modelo…. ¿Algún problema?”
Dios, entonces, le contestó:
“¿Has visto tú las especificaciones en esta orden? Ella tiene que ser
completamente independiente, poseer las cualidades de Madre y Padre, ser la
perfecta anfitriona de 4 a 40 personas con menos de una hora de aviso, estar
todo el día bajo los efectos del café, manejar cada emergencia imaginable sin
un manual, poder continuar diariamente alegre aunque esté embarazada o triste o
enferma… Y ella tiene que estar dispuesta a mudarse a nuevos sitios 10 veces en
17 años. ¡Ah! Y casi se me olvida lo más importante: Ella tiene que tener seis
pares de manos”.
El ángel movió su cabeza:
“¿Seis pares de manos? ¡No puede ser!”. Dios continuó su trabajo y añadió: “No
te preocupes, haremos otras esposas de militares para que la ayuden. Y le
daremos un corazón bien fuerte para que se expanda y se hinche con orgullo cada
vez que su esposo obtenga logros en su carrera; para que sostenga el dolor de
las separaciones, que el latido sea sólido cuando el trabajo es demasiado y
fatigoso, y suficientemente grande para decir “Te entiendo”, cuando no es
cierto, y para decir “TE AMO”, a pesar de todo”.
“Señor –dijo el ángel, tocando
su brazo gentilmente-, id a dormir y descansad, podéis terminar mañana”. “No
puedo parar ahora –repuso Dios-. Estoy tan cerca de crear algo único. Este
modelo se cura sola cuando está enferma, puede aguantar seis visitantes que no
esperaba el fin de semana, le dice adiós a su esposo desde un muelle o un
aeropuerto y entiende porqué es tan importante su partida”…
El ángel miraba y miraba el
modelo de la esposa del militar y observándolo de cerca afirmó: “Ha quedado muy
bien, pero parece sumamente frágil”. “Ella se verá muy frágil -contesto Dios-,
pero su fuerza es como la de un león. Tú no creerías lo que ella puede
soportar”.
Finalmente, el ángel rozó con
los dedos la cara de la creación de Dios. Sorprendido, le dijo: “Hay un
problema, hay una filtración de agua. Algo anda mal en la construcción... No me
sorprende que esté agrietado, pues estás tratando de poner demasiado en este
modelo”.
Dios estaba ofendido por la
falta de confianza del ángel y repuso: “Lo que ves no es una filtración, es una
lágrima”. “Una Lagrima… ¿Y para qué está ahí?” preguntó el ángel. Dios le
contestó: “Es de alegrías, de tristezas, de dolor, de desilusión, de soledad,
de orgullo y de una dedicación a todos los valores que ella y su esposo llevan
con mucho amor”.
“¡Señor, sois un Genio!”,
exclamo el ángel.
Dios miró al ángel aturdido y
le respondió:
“Yo no puse esa lágrima en su
rostro”.