Querido Chevi:
Como te dije por teléfono, te remito un trabajo hecho a vuela pluma y revisado por el sabio
criterio de Jesús Martínez de Merlo, sobre algunos de los muchos tópicos en que
, por estar incorporados al imaginario popular, desde hace años, incurren
quienes con una magnífica intención, escriben sobre la heroica gesta de los
jinetes de Alcántara.
LEGIONARIOS (Esta leyenda puesta inicialmente es errónea. Ver comentarios) |
CINCO
TÓPICOS SOBRE ANNUAL
1. En su afán de llegar a Alhucemas el
“impulsivo” General Silvestre, alargó excesivamente sus líneas logísticas y
sembró el territorio de pequeños puestos indefendibles.
La
ocupación de Annual se llevó a cabo en enero de 1921.
·
La finalidad no era llegar a Alhucemas,
operación prevista para cuando en la zona occidental se resolviera el problema
de “El Raisuni”, sino aislar la Kábila de Beni Said.
·
Las líneas logísticas eran igual de largas en
enero que en julio.
·
Los puestos diseminados por el territorio, se
ocupaban de acuerdo con los Kaides de las Kábilas y fracciones y eran
perfectamente defendibles ante las agresiones de pequeños contingentes. Sólo
cuando Abd-el Krim logró organizar un Ejército y rebelar la casi totalidad del
territorio de la Comandancia General de Melilla, fueron incapaces de resistir
el empuje rifeño sucumbiendo muchos hasta el último cartucho y el último hombre
en algunos casos con verdadero heroísmo.
2. Las Fuerzas Indígenas desertaron en masa
pasándose al enemigo.
Si
bien prácticamente toda la Policía indígena se pasó al otro bando, no puede
decirse lo mismo de los Regulares, de los que, Compañías y Escuadrones completos
llegaron hasta Tistutin, combatiendo y en orden. Allí fueron embarcados en tren
hasta Zeluán, donde fueron desarmados y abandonados a su suerte, pese a lo cual
ya en septiembre, a medida que se iba recuperando el territorio, se presentaron
en sus Unidades.
Como
ejemplo significativo, el último Oficial defensor de la posición de Abarrán,
fue un Oficial Moro, que se suicidó al entrar los harkeños tensamaníes en ella.
3. La retirada de Annual fué un auténtica
desbandada.
Aunque
el propio expediente Picasso llega a esta conclusión, en el mismo figuran
numerosos testimonios de Jefes de Unidad que se replegaron con las suyas
controladas, agrupadas y con muy pocas bajas mortales.
Los
partes que en Ben Tieb y Dar Drius e incluso en Monte Arruit se elevan a la
superioridad, permiten hablar de Unidades organizadas.
Con
mala intención o sin ella, se ha hecho figurar como bajas del repliegue a las
guarniciones de todos los puestos, no replegados, muchos de los cuales
resistieron sobre el terreno hasta el heroísmo.
4. Los Oficiales abandonaron a sus
Unidades, y arrancaron sus divisas para ser confundidos con tropa.
Fueron
contados los casos de Oficiales que tuvieran esta conducta casi todos
procesados y condenados, otra cosa es que luego se les indultara.
Arrancarse
las divisas significaba despojarse del uniforme, pues en esa época se llevaban
bordadas.
El
hacerse confundir con tropa, era una conducta suicida pues, si bien en combate
el rifeño procuraba eliminar a los Oficiales para dejar las unidades sin mando,
en el cautiverio se respetaban sus vidas porque eran una fuente de ingresos
procedentes del rescate.
5. La tropa estaba mal instruida, el
armamento era deficiente y el mando incapaz.
El servicio militar en filas duraba tres años, tiempo más
que suficiente para instruir a un soldado. Es cierto que el último reemplazo se
había incorporado recientemente y enviado pronto al campo ante la evolución de
los acontecimientos y la imposibilidad de recibir refuerzos de la zona
occidental donde se estaba a punto de acabar con la resistencia de El Raisuni.
El armamento individual era el fusil Mauser muy superior
a la media de armas individuales de la época. La Artillería estaba dentro de
los parámetros normales en unos Ejércitos que acababan de pasar por una guerra
mundial y liquidaban sus excedentes.
El Comandante General y el General Segundo Jefe, tenían
una prolongada experiencia de servicio en campaña con resultados tan brillantes
que les habían llevado a los puestos que entonces ocupaban. Los Oficiales eran
lo más selecto del Ejército que, según las Juntas Militares de Defensa servían
en África por afán de ascensos y recompensas, cuando muchas veces la recompensa
era la muerte.
Es posible que el mando fuera sorprendido, a partir de
julio, por unos procedimientos tácticos de los rifeños muy diferentes de los
que se habían encontrado en campañas anteriores.
Curiosamente, pocos autores
aluden a esta falta de información, responsabilidad del Coronel Morales, muerto
gloriosamente en Annual y perfecto conocedor del rifeño, pero que, a mi modo de
ver, no pudo apreciar la transición de las harkas kabileñas actuando
independientemente a un Ejército rifeño organizado, equipado y coordinado.
Juan Ignacio
Salafranca Álvarez
Instituto de
Historia y Cultura Militar