El mando, en su soledad y a falta de 1300 asesores, no siempre puede responder con la rapidez que el Arma exige, y pudiera parecer que se retira, pero no, y aunque así fuera "no huye el que se retira, porque has de saber, Sancho, que la valentía que no se funda sobre la base de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo." Pero siendo el peligro en el Ejército, y en estos asuntos, piramidal, aquí el que está en peligro es Ramón que en la anterior entrada del diccionario decía:
- Ramón Muñoz dijo...
- Ya no hay disciplina. Por eso me atrevo a corregir: ¿Acción o ación de estribo? En cualquier caso, siempre a tus órdenes, mi Coronel.
Por real orden de 22 de junio de 1854 a propuesta del Exmo. Sr. Teniente General D. Domingo Dulce, director del Arma, se aprueba este diccionario cuyo extracto en litigio queda reflejado.
Y solo porque después la Real Academia Española dice:
ación.
(Del ár. hisp. *assiyúr, y este del ár. clás. suyūr, pl. de sayr, correa).
sin haber yo recibido comunicado ni noticia alguna al respecto, D. Ramón se subleva, eso sí, en forma que da pie a la tolerancia, aunque no por eso, y como él bien reconoce, deje de quedar manifiesto que ya no hay disciplina.
Así que me veo obligado, para que no cunda el mal ejemplo, a comunicar a Ramón que desde este momento queda "apercibido", junto con Gon"s"alito y Javier de la Uz, hasta el 20 de Noviembre, que por tan señalada fecha, y no me refiero a las erecciones, Dios nos libre y nos coja confesaos, se levantarán los arrestos. De mi esposa, que como buena mujer, alienta la sedición, no digo nada, sería "temeridad."
Y hablando de otras cosas, que también tienen que ver con la disciplina, he recibido esta notificación de comentarios a una entrada:
Gabriel Gonzalez ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Regimiento de Caballería Numancia":
Mi Coronel; poco puedo aportar en la materia caballar pero no puedo dejar pasar la ocasión de agradecerle la oportunidad de haber compartido 5 maniobras con usted (yo era conductor de ambulancia 5º/83) a las que me apuntaba voluntario. Me aportó mucho como persona y eso es lo que quiero agradecerle, así como el gran recuerdo que tengo del malogrado General Corisco. Reciba usted un afectuosos saludo. Gabriel Gonzalez
Mi Coronel; poco puedo aportar en la materia caballar pero no puedo dejar pasar la ocasión de agradecerle la oportunidad de haber compartido 5 maniobras con usted (yo era conductor de ambulancia 5º/83) a las que me apuntaba voluntario. Me aportó mucho como persona y eso es lo que quiero agradecerle, así como el gran recuerdo que tengo del malogrado General Corisco. Reciba usted un afectuosos saludo. Gabriel Gonzalez
La recibí en mi Blak Berry, y rápidamente se la leí a mi mujer para que viera mis virtudes ocultas, pero ahora veo que no va dirigida a mi sino a Jesús M. de Merlo, ya decía yo. Creo que no se lo diré a mi mujer, la guerra es la guerra.
ADEREZO DEL CABALLO. Lo constituyen las mantillas, tapafundas, caparazón y demás partes del equipo que se ponen al caballo para su adorno y manejo.
ADVERTIDO. Llámase así el caballo dispuesto para doctrinarse en los manejos ecuestres.
AFERRARSE O AGARRARSE A LA BRIDA. Es cuando el jinete tira del bocado mas de lo que debe, sin bajar la mano a tiempo para de este modo refrescar los asientos de la boca del caballo.
-
-
AFIRMAR LA BOCA DEL CABALLO. Es cuando por medio de la enseñanza se le acostumbra a admitir bien el bocado, sin que varíe en nada la buena colocación de la cabeza.
AFIRMAR LA CABEZA DEL CABALLO. Es conseguir colocar la cabeza del caballo en su posición natural y de manera que no picotee, se encapote ni despape.
AFIRMARSE A CABALLO. Lo consigue el jinete guardando el más perfecto equilibrio con un continuo ejercicio y esmerada instrucción.
AFIRMARSE EN LA SILLA. Lo consigue el jinete cuando en la práctica y ejercicio aprende a guardar el equilibrio con las ayudas de su cuerpo, muslos y piernas.
AFLOJAR O ALARGAR LA BARBADA. Es cuando el jinete, acomodándose a la mayor o menor sensibilidad de la boca del caballo, muda en el alacrán abierto los eslabones de la cadenilla de la barbada, bien acortándola para que obre con más energía, a bien alargándola para no comprimir demasiado el barboquejo del caballo.
José V. Ruiz de Eguílaz y Mondría
Coronel de Caballería