LOS ENORMES CAÑONES VICKERS DEL MONTE DE SAN PEDRO. LA CORUÑA
Cañones Vickers 381/45. Monte San Pedro
Desde el punto de vista de la
Artillería,
la situación a principios del siglo XIX no era la deseable en España,
ésta estaba totalmente obsoleta a la hora de enfrentarse a los Acorazados modernos pre-dreadnought, Acorazados con acero fuertemente artillados,
con los que contaban países como EEUU, Alemania o Japón.
Entonces, la situación geopolítica española era
complicada, pues esta debilidad resultaba suculenta para potencias Navales como Francia o Italia, que codiciaban la
Isla de Menorca, como Base natural para el
control del Mediterráneo Occidental, fundamental para el control de
las rutas hacia las zonas coloniales del Norte de África (Marruecos, Argelia o Libia). Alemania estaba interesada en las Islas Canarias como base
para su dominio colonial en África. En ese momento, el papel de
Inglaterra fue fundamental, por no ver perjudicada su
posición estratégica en Gibraltar ayudó a mantener lejos de nuestras
costas a potencias militarmente más avanzadas, a cambio claro, de afianzar
sus privilegios en Gibraltar.
Durante en el año 1926, bajo el
directorio militar de Primo de Rivera, se llevó a cabo el conocido
como Plan de Artillado del Frente Marítimo, que se centraba en
las Bases de Ferrol-Coruña, Cartagena y Mahón. La idea de este
Plan de Artillado, no era otro que el de proteger las
principales Bases donde se concentraba la Armada, y hacerlo a
través de la instalación de una serie de cañones similares a los que
montaban los modernos Acorazados suponían una amenaza.
Para ello, los expertos y técnicos militares del momento, escogieron al fabricante británico Vickers, y se adjudicó el contrato de compra a la Sociedad Española de
Construcción Naval, quien ya había adquirido algunas piezas del fabricante
el año 1908. Finalmente se adquirieron 18 cañones Vickers 381 mm, con 17 mts de tubo y un alcance
de más de 35 km.
Siendo los cañones más grandes que han estado operativos en España hasta
su desmantelamiento. Las piezas, fueron fundidas en la
factoría de Barrow-in-Furness, Inglaterra. Y tras su verificación y
pruebas de tiro, se comenzó su dificultoso transporte hasta los puertos
españoles, y se repartieron de la siguiente manera:
4 Baterías en la Base de Ferrol-La Coruña,
2 Baterías en la Base de Cartagena, y 3 Baterías en la Base de Mahón.
Cada una de estas Baterías costera estaría
dotada con 2 cañones Vickers 381 mm.
Estas baterías de 381 mm ocuparon las posiciones más elevadas en las nuevas
defensas costeras, de esta forma se garantizaba un tiro despejado. Estas serían
acompañadas de una serie de Baterías secundarias, a menor altura, donde se instalaron cañones de 152 mm.,
su función era la de perseguir Cruceros y Destructores. Ante el
avance de la aviación desde principios del siglo XX, se instalaron
junto a estas defensas costeras, una serie de baterías antiaéreas, con cañones semiautomáticos. Pronto quedarían obsoletas, y se dispusieron con la finalidad repeler un
posible ataque con lanchas rápidas. Para el cálculo de tiro se instalaron estaciones telemétricas, una mesa calculadora que obtenía los datos del objetivo y
una mesa trazadora, en la que se representan las trayectorias del
disparo.
A Galicia fue donde llegaron los primeros cañones para ser artillados. La Ría de Ferrol, por su situación y estrecho canal de entrada
ofrece una geográfica idónea para su protección mediante
Baterías costeras. A pesar de los planes de artillado realizados
desde principios de siglo XX, sus Baterías estaban obsoletas y se
mostraban del todo insuficientes para una adecuada defensa. Con la
renovación del Plan del 26, se conseguía no solo defender la entrada
de la Ría de Ferrol, sino también la de la Coruña y Betanzos.
Asegurando de esta manera la importante Base Naval en el
NO peninsular.
Las 4 Baterías
que se instalaron en la conocida como Base Ferrol-Coruña, estaban
repartidas entre en el monte
de San Pedro, Cabo Prior, Cabo Prioriño y Monte Campelo Y su instalación fue extremadamente costosa, pues las piezas, aun desmontadas, eran extremadamente pesadas.
Solo el tubo del cañón pesaba unas 86 toneladas. Además, la
fabricación de estos cañones como Baterías costeras, supuso un reto
también para la factoría británica. Pues en Inglaterra nunca se
habían usado de este modo, y de hecho no se haría hasta finales de los años
30 en Singapur y años 40 en el Canal de la Mancha.
Los primeros cañones en llegar, lo hicieron en 1929 al puerto de
Ferrol, en enero los destinados a Campelo, en abril los de
Cabo Prior y en agosto los que irían a Cabo Prioriño. Para su
traslado sería necesario un gran esfuerzo, que comenzaría por la necesidad
de dragar el puerto de Ferrol, abrir un hueco en las murallas del
Arsenal y afirmar bien el terreno.
Estos cañones se montaron siempre en parejas
y fueron acompañados de diversas piezas menores para su defensa costera y
antiaérea. Atendiendo al orden en que fueron artillados, su distribución fue
la siguiente:
· Baterías del golfo
Ártabro, protegiendo la Base Naval de Ferrol
· Batería de Campelo Alto
(zona de Meirás, Valdoviño). Desartillada entre 1940 y 1941.
· Batería de Prior Sur
(zona de Doniños, Ferrol). Desartillada en 1997.
· Batería de Lobateiras
(zona de Doniños, Ferrol). Desartillada en 1997.
· Batería de San Pedro (zona de San Pedro,
La Coruña). Conservadas, fuera de servicio.
Las piezas más ligeras se trasladaron en camiones el lugar del
emplazamiento de las Baterías para su montaje. Las piezas más pesadas serían trasportadas en una especie de
camión-locomotora “Haveling Porter”, que transportaron piezas de hasta 23 toneladas, lo que supuso todo un
reto debido a las características del firme y del inclinado relieve. Para el
traslado de los tubos, de hasta 86 toneladas, sería necesario
la creación de unas vías móviles y el uso de vagonetas para
su trasladado. Y en su montaje se usaron grúas de 100 toneladas,
que eran montadas en cada pozo y desmontadas para su traslado al siguiente.
Toda una "obra faraónica" que supondría un elevado coste, 52.000 pesetas por base y 136 largas
jornadas de trabajo, en las que nunca se sobrepasó la distancia de los 400
mts diarios.
BATERÍA DE CAÑONES VICKERS 381/45 MONTE DE SAN PEDRO
Al puerto de La Coruña llegarían los cañones en agosto de 1929, los dos grandes cañones de 38,1mm, fueron desembarcados del carguero
“Brotón Maner”, en el muelle de Santa Lucía del puerto
coruñés, durante la primera decena del mes de agosto de 1929 y, desde allí,
trasladados a su emplazamiento final en el monte de San Pedro.
Portada de un periódico de la descarga de los cañones para el monte de San Pedro. 1929
Para salvar la complicada orografía desde el puerto hasta el
Monte San Pedro, se construiría un sistema de raíles móviles,
con el que el avance medio fue de algo menos de 200 mts diarios.
El traslado se verificó,
tendiendo raíles ferroviarios que iban montándose y desmotándose al ritmo
de la marcha de todos los elementos que formaban la pieza. De esta forma, cuando el material transitaba por una zona, re retiraban
los raíles que pasaban a instalarse en el siguiente tramo del
recorrido.
La instalación de estas piezas, constituyó una
obra de ingeniería militar de primer nivel, siendo este material
artillero de lo más moderno de su época, además de constituir el de mayor
calibre utilizado por la Artillería española.
Uno de los tubos de una de las dos gigantescas piezas del 381/45,
llegan a la entrada de la Avenida de Rubine, camino de su ubicación en
el monte de San Pedro. La Coruña
Traslado cañones Vickers
Railes móviles
Instalación de los cañones en el Monte de San Pedro
Las obras se prolongaron en el tiempo y no fue hasta el 19 de diciembre
de 1933, cuando realizaron sus primeras pruebas de fuego. Esta Batería, estaba situada en lo alto del monte de
San Pedro en La Coruña. El estruendo que provocaban al
disparar, se escuchaba en toda la ciudad y llegó incluso a provocar la
rotura de algunos cristales en los edificios próximos. A pesar que nunca
fueron usados en batalla, su capacidad intimidatoria jugó un papel
fundamental durante la Segunda Guerra Mundial.
Cañones del Monte de San Pedro. Pruebas tras su instalación. La Coruña.
Año: 1933.
Fuente: Archivo del Reino de Galicia
El 6 de junio de 1999 el monte de San Pedro fue convertido en
un parque tras el cambio de uso del terreno en el que se encuentra y
las instalaciones militares rehabilitadas como Museo.
Ahora el monte de San Pedro es una zona para visitar y disfrutar
contemplando el paisaje y las históricas instalaciones, de las que
destacan los dos enormes cañones y los búnkeres.
Vista de uno de los dos cañones Vickers 381/45 de la Batería
Vista trasera del impresionante Vickers 381/45.
Foto Carlos Rodríguez
Cada pieza estaba
protegida por una cubierta de acero de 7m de espesor, algo escaso
contra la metralla de impactos cercanos, y en cuyo interior actuaban los
Artilleros sirvientes de la cámara de tiro. Debajo estaba el pozo,
bajo tierra, con la cámara de carga, que a su vez comunicaba con el
pañol de proyectiles y cargas de proyección, que estaban en
cámaras separadas. Todos los locales estaban enterrados y
protegidos por un blindaje de hormigón armado contra proyectiles de 38,1
cm. La ventilación era forzada, con presión interior superior a la atmosférica.
Estas piezas,
una vez instaladas tras unas complicadísimas operaciones de transporte y
montaje, y después de su bautizo de fuego el 19 de diciembre de 1933,
metieron miedo a cualquier barco que se acercase a menos de 40 kilómetros
(siendo éste su alcance aproximado). Desde entonces, realizaron únicamente 19 disparos, nunca en un contexto bélico. El último el 24 de octubre de 1977.
Los cañones son los Vickers-Armstrong: tienen un calibre (diámetro
interior) de 381 mm (15 pulgadas) 15"/45 (38.1 cm) Mark B, fabricado en
acero cromo-níquel forjado y templado.
La longitud del tubo era de 17,671m, con un
peso de 86,9 toneladas. Contaba con ánima rayada con 76 rayas,
y disparaba un proyectil de 885 Kg a una
distancia de 35.100 m, con una velocidad inicial de 762m/seg.
La cadencia de tiro podía alcanzar los dos por minuto utilizando el
sistema de carga mecánico. Su increíble alcance, garantizaba la casi total
protección de las rías y la costa de Ferrol y La Coruña.
Tamaño real del proyectil expuesto en el actual Parque de San Pedro
INTERIOR DE LA TORRE. -
La Estación Telemétrica Principal, está situada a media distancia entre las dos piezas, encontrándose en su interior un Telémetro Barr and Stroud Modelo F.T 19, con una longitud de 9,14 metros. Este aparato servía para calcular la distancia hasta el blanco.
Telémetro Barr and Stround Modelo F.T. 19 en la Estación Telemétrica
principal
Sobre la estación de telemetría hay un puesto de observación, que estaba servido por seis Artilleros, entre ellos un observador con un pequeño telémetro y otro con un inclinómetro.
Puesto de observación sobre la Estación
Vista desde el puesto de observación
LA SALA DE DIRECCIÓN DE TIRO. -
Para calcular sus
disparos, las instalaciones estaban dotadas de
estaciones telemétricas,
una mesa calculadora que obtenía los datos de tiro (antecesora de los
ordenadores actuales) y una mesa trazadora en la que se representan
las trayectorias del disparo y del objetivo.
Mesa Calculadora del Cañón Vickers 38145 conservado en el Museo del Ejército de La Coruña. Foto Carlos Rodríguez
Consta de tres cuerpos: Reloj de Alcances y Direcciones, Corrector de 1ª pieza y Corrector de 2ª pieza
El Reloj recibe de los telémetros las mediciones de distancia y dirección
actuales, los promedia, genera datos actuales siguiendo la marcha del
objetivo y los trasmite a la mesa trazadora.
La mesa calculadora realiza una predicción, tras introducirle las mediciones
de velocidad y rumbo del objetivo, agentes atmosféricos y coeficientes
balísticos, con lo que se obtienen alcances y direcciones del punto de
predicción del objetivo. En los otros dos cuerpos de la mesa,
los Correctores, estos valores son modificados con la velocidad
inicial, cota y desvíos correspondientes a cada una de las piezas obteniendo
unos datos de tiro finales que son enviados eléctricamente a los receptores
de cada cañón, en los que
unas agujas eléctricas marcan los correspondientes ángulos de elevación y
orientación. Los apuntadores siguen manualmente esas agujas, haciéndolas coincidir con
otras mecánicas que van elevando y orientado la pieza, la cual se mueve
hidráulicamente a razón de 3º por segundo, hasta
quedar finalmente apuntada al coincidir las agujas mecánicas con las
eléctricas.
Mesa trazadora del Cañón Vickers 381/45 conservado en el Museo del
Ejército de La Coruña. Foto Carlos Rodríguez
Sistema
de cálculo y dirección de tiro. Era lo más avanzado de su época, y es lo más parecido a un ordenador que
había en el momento, pudiendo así, realizar el tiro con los cañones
Vickers de 15", o Vickers 381 instalados en La Coruña,
y en otros puntos de la costa española.
Las órdenes se transmitían desde la Dirección de Tiro a las piezas
mediante estas cajas de emisión de mensajes
Gran parte de este material se ha conservado y ha sido trasladado al
Museo Militar de La Coruña.
FOTOGRAFÍAS ANTIGUAS. -
Foto del Plan de Artillado de 1926. Cañón Vickers 381/45
Aquí se puede ver el tamaño de los proyectiles y del cañón (el
Artillero que está dentro del tubo no debía ser un Superman,
precisamente, pero bueno, la foto es bonita y curiosa)
Como anécdota,
puedo contar la visita que hice con mi padre a la Batería del Monte San
Pedro en los años 60. Su Capitán, nos explicó que cuando se requería un
voluntario y de pequeña complexión física para meterse dentro del tubo del
cañón y limpiarlo, el Artillero que lo hacía, se le concedía un mes de
permiso. También nos informó que el coste de un disparo en aquella época
era aproximadamente de un Millón de pesetas. Quizá debido a su
elevado coste, sólo se efectuaron 19 disparos durante todos los
años en Servicio.
OTRAS BATERÍAS DE VICKERS
Entre las últimas
posiciones de Artillería de Costa del Ejército Español que estuvieron
activas figura la antigua
Batería D-3 de Paloma Alta, en Tarifa (Cádiz), dotada con
tres cañones Vickers 381/45 mm. Con una
dirección de tiro 9KA-410 y una Vickers alternativa.
Igual que otras
Baterías de la zona del Estrecho de Gibraltar, la Batería D-3 fue construida durante la Segunda Guerra Mundial,
concretamente en 1940, artillándose en 1941 con tres cañones Vickers modelo 1926 381/45 mm, como los de la
antigua Batería B-8 del Monte San Pedro en La Coruña. La
D-3 dependía del Regimiento de Artillería de Costa nº 4 (RACTA 4), una Unidad todavía activa y que tiene su sede en el Acuartelamiento
“Camposoto” de San Fernando (Cádiz), Concretamente, en Paloma Alta estuvo la plana mayor del Grupo de Artillería de Costa
(GACTA) II/4, encuadrado en el citado Regimiento y que tenía a su cargo tres de las
Baterías de Tarifa: Paloma Alta (6ª Batería), Paloma Baja (5ªBatería)
y Punta Camarinal (4ª Batería).
Batería de cañones Vickers de Paloma Alta. Tarifa (Cádiz)
Los cañones Vickers
se cargaban con munición separada (primero el proyectil y luego el saquete
con la pólvora), y podían batir blancos a una distancia de algo más de 35
kilómetros. Su cadencia de tiro era de entre 1 y 2 disparos por
minuto. Las 18 piezas de este tipo fabricadas por Vickers fueron adquiridas por
España, equipando inicialmente
baterías de costa en Ferrol, La Coruña (la citada del Monte San Pedro),
Cartagena y Mahón. Las piezas de Tarifa proceden de la
antigua Batería B-1 de Campelo Alto en Ferrol.
La Batería D-3 hizo su último disparo a las 12:02 del mediodía del 24 de septiembre de 2008, pasando entonces a ser desactivada. En julio de 2019 la Asociación Conde de Gazola aprobó iniciar un proyecto para convertir esta antigua Batería en Museo.
SECUENCIA
DE DISPARO CAÑÓN DE COSTA VICKERS 381/45
Francisco Javier de la
Uz Jiménez
FUENTES CONSULTADAS:
https://www.taringa.net/+militares_en_t/bateria-de-costa-del-monte-san-pedro-la-coruna_runtd
https://www.20minutos.es/noticia/1704504/0/canones-vickers/san-pedro/coruna/
http://visionesdeferrolterra.blogspot.com/2014/10/los-gigantescos-canones-de-costa.html
http://meigascoruna.blogspot.com/2019/04/los-canones-de-la-coruna.html
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