Mostrando entradas con la etiqueta En el Ejército aprendí. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta En el Ejército aprendí. Mostrar todas las entradas

4 oct 2020

EN EL EJÉRCITO APRENDÍ

 



REFLEXIÓN DE UN GUARDIA CIVIL



EN EL EJÉRCITO APRENDÍ

En el Ejército, aprendí que el trabajo bien hecho es tu mejor escudo.  Aprendí que la adulación es la escalera del necio.

Aprendí a seguir avanzando, a pesar del barro pegado en las botas. En el Ejército aprendí lo que es el frío, lo que es el hambre, lo que es el dolor. Descubrí cuánto valen exactamente cinco minutos de sueño, y un poquito más de rancho.

Comprobé, que nada cae del cielo, a no ser que sea lluvia. Que un baño caliente, es un lujo, y que vivir en colectividad no es fácil.

Aprendí, que todo tiene un precio, y que normalmente las cosas buenas no son baratas, ni fáciles de obtener. He aprendido, lo que es la nostalgia fuera de tu casa, y lo que duele.

Aprendí a cargar con un compañero desfallecido, y aprendí a no abandonar a un amigo. Aprendí que, para dormir una buena noche, no necesito ni un tejado, ni almohada. Ni para comer, cuchillo o cuchara. Aprendí que siempre tuve demasiado, y a valorar lo que despreciaba sin conocer.

Aprendí, que cuando un hombre está cansando, y cree que ya no puede más, aún le quedan muchas horas y muchos kilómetros, antes de caer reventado. Y que el compañero más valioso, es aquel con el que has compartido sufrimientos, el que en sus manos pones tu vida, y en las tuyas la de él.

Aprendes a tragarte las lágrimas que la añoranza te arranca en los momentos difíciles. Aprendí lo largas que son algunas noches, lo cruel que es el sueño, y lo duro de la vigilia en una guardia. En el Ejército, aprendí que la mayor recompensa es la lealtad de tus hombres, y el abrazo de un compañero.

Que cada vez que te acuestas, sintiendo la satisfacción de haber cumplido con tu deber, o por un trabajo bien hecho, es una batalla que has ganado para tu país. Y de paso, también aprendí a amar a España, a cada una de sus piedras y sus caminos, a cada uno de sus pueblos, a cada una de sus gentes, cada una de sus tradiciones y cada eslabón de su Historia.

El Ejército forjó mi carácter y mis principios. Y ahora desde mi atalaya el Retiro, pienso sinceramente, que me ayudaron a ser una persona trabajadora y un hombre de bien. Que sumé a la sociedad, que no resté.

Para todos aquellos que viven de espaldas a la realidad, antimilitaristas que odian al Ejército, les diré... que los militares, la mayoría, somos gente de bien. Con principios y valores, personas honradas, forjadas en la lealtad y la disciplina. Capaces de dar su vida para defender a España y sus gentes (bandera).

Y que si ellos pueden vivir libremente, sin que venga otro país y nos invada, es por la fuerza disuasoria militar que representa nuestro Ejército.

Estoy hasta las narices (suave término), de estos políticos mediocres y faltos de valores, que están todos los días criticando y desacreditando al Ejército. Recortándole su presupuesto, y en estos últimos días afirmando en sede parlamentaria, que los militares son prescindibles. Supongo que el nivel de marihuana que deben llevar en sangre, ayuda bastante a decir semejantes memeces.

Un Suboficial de la G.C.




HIMNO DE LA GUARDIA CIVIL