Cenicientos es un pueblo de Madrid con fuerte y antigua tradición taurina. Por la envergadura de los Toros que suele presentarse en su plaza se ha ganado la denominación de "VALLE DEL TERROR."
De la mano de mi buen amigo Oscar Luis Ramos Parro, compañeros en el 14 y en Cenicientos, echamos un vistazo a las fiestas de este año, que como todo el tema taurino en "La Piel de Toro" (manda cojones), lucha por subsistir.
Los gracilianos vuelven a convencer. Cenicientos, 15 de agosto de 2014
Aunque procuro publicar las
notas que tomo en cada festejo, hay veces que se quedan en el horno y no salen
a la mesa. Ese camino llevaban las notas de Cenicientos-2014, por razones que
no son del caso, hasta que el otro día una aficionada me preguntó por ellas y
me ha hecho desempolvarlas. Ahí van.
Antídoto contra el veneno de la casta, que se suministró con alevosía y sobredosis
Un año más Cenicientos ha
vuelto a anunciar una feria torista, bien es cierto que solo con dos festejos
mayores, y ello atrae a muchos aficionados, incluso de lejanas tierras, ávidos
de presenciar corridas que sean de toros de lidia. Vuelve Juan Luis Fraile,
justo premio al gran encierro presentado en 2013. Pero falta el pero; o sea, el
cartel de toreros. Si ya de por sí las figuras huyen de este hierro como del
ébola, tampoco toreros de segunda y tercera fila están dispuestos a acartelarse
con él, sin una justa compensación económica. Y se llega así a un cartel que,
cogido el anunciado Salvador Barberán, reunían entre los tres ¡una! corrida de
toros en 2014: la de José Luis Torres, con la misma empresa, que además le
apodera. Y esto no deja de ser una auténtica lástima, que solo tiene lógica en
este peculiar mundo de los taurinos, acostumbrados a que las figuras toreen
toretes débiles y aborregados, algo así como si en halterofilia los mejores
levantadores se limitaran a levantar pesitas, eso sí muy estéticamente, y
dejaran a los menos fuertes las barras de más peso. Creo que este símil ya lo
he utilizado antes y perdone el lector por la repetición.
Y un año más el aficionado ha
acudido a Cenicientos para poder presenciar una corrida de toros de lidia,
seguramente más seria que otras en algunas plazas de primera y que la mayoría
en plazas de segunda.
Repasando sus notas, el
aficionado recuerda que la corrida era una tía, con presentación de corrida de
plaza de primera. con algún toro más vareado, como el primero, y enorme
seriedad por delante, con diversa conformación de las cornamentas, pero todas
serias, con la única excepción del sexto, más cómodo. Su comportamiento fue encastado
y demostraron su fuerza soportando durísimos tercios de varas, donde más de un
picador intentó transmutarse en matador, y los de a pie olvidaron su obligación
de sacarlos pronto del peto. Sólo segundo y cuarto mansearon en este tercio
fundamental. Destacó el quinto, "Rondero II", que derribó en el
primer encuentro y soportó tres varas más, dadas a conciencia. Vamos, que él
solo recibió más cera que tres corridas de Montalvo, por poner un ejemplo.
Buenos para la muleta fueron primero, con el defecto de no humillar, tercero,
que duró poco y tuvo muerte de bravo, y, sobre todo, el sexto, un toro noble,
descolgado y que se desplazó. Con problemas, el manso segundo, y sin
posibilidades el parado y blando cuarto. Inédito quedó el encastado quinto, que
tras sobrevivir al ataque de la acorazada, anduvo a su aire, sin ser sometido
en momento alguno y que murió literalmente de pie. Repetían nombre respecto de
2013 tres bichos: "Garbancito", "Jaquetón" y
"Caño".
Poco bueno puede decirse de
los de luces y piensa el aficionado que no merecen ningún ensañamiento, porque
solo hacer el paseíllo esa tarde es para quitarse el sombrero, y más aún
suponiendo que no se llenarían por ello los bolsillos. Baste decir que Jesuli
de Torrecera no entendió al primero y dejó que su picador masacrase al cuarto.
Que José Luis Torres debió haber parado el ensañamiento del varilarguero con el
quinto, con el que además anduvo en exceso desconfiado. Y que José Manuel Mas
no anduvo a la altura del lote más apto para el lucimiento, aunque consiguió
algunos buenos y largos pases con la derecha en el sexto, un toro, como se ha
dicho, extraordinario para la muleta. No hubo un buen capotazo en toda la
tarde, solo desarmes, y tampoco con los aceros anduvieron lucidos.
De los picadores (Juan Gil,
Santiago Chamorro, Gonzalo Escudero, Rubén Sánchez, Iván García y Agustín
Parra), ya cree el aficionado haber dicho lo importante, y de los banderilleros
piensa que ha de destacarse en el tercero la muy buena brega de Raúl Cervantes,
como suele ser habitual, y los pares del mentado en el sexto y de Ángel Luis
Carmona y José Luis Plaza en el tercero, que saludaron. Por contra, fueron
desastrosos los tercios de banderillas de las cuadrillas de Torrecera (El
Melli, Raúl Calvillo y Francisco Vaquero) y de Torres (Javier Cerrato, Ámgel
Luis Mayoral y Daniel Sastre).
Muy mal el usía, ordenando
prematuramente la salida del caballo en el segundo toro y también
precipitándose en el cambio del primer tercio en primero y segundo, hasta que
las protestas de los aficionados parecieron hacerle recapacitar en los
siguientes. Y también suspenso al permitir que durante toda la tarde un
monosabio saliese a sujetar a los caballos durante la ejecución de la suerte de
varas.
Un lujazo de corrida de toros
de lidia, que pasará prácticamente inadvertida para el orbe taurino, atento a
las figuras y sus zalduendos, montalvos, garcigrandes, juampedros y demás
patulea seudobrava.
Paulino, hermano de Oscar nos cuenta:
La gran afición que se tiene a los Caballos, empezando por su hija Pilar.
Y a los toros, empezando por él mismo.
Sin que falten las mulas. Victor con su Cobra.
Ni los enganches. aquí Fernando con su tronco de mulas a la Calesera.
Chevi.