JORGE BUSTOS
Viernes, 9 octubre 2020
EL SEÑOR DE LAS MOSCAS
¿Por qué? Se comprende que Lastra y sus tuiteros con escaño se aferren al sanchismo, ¿pero qué lleva a gente con estudios -Calviño, Escrivá, el propio Illa- a compartir carrera con las mañas despóticas de un plagiario hortera que no vale ni para leer el teleprónter, por no hablar de la obediencia jerárquica a un fan del castrismo al borde de la imputación? ¿Por qué Campo o Marlaska participan abducidos en la degradación de su antiguo prestigio? ¿Merece la pena figurar para los restos en la orla del equipo que destruyó España para una década? Yo el chantaje lo puedo entender, una pistola en la sien, el secuestro de tus hijas; pero el éxito intimidatorio de los acomplejados que se transforman en maltratadores no me cabe en la cabeza.
Sánchez traía de cuna el germen que lo va convirtiendo en lo que es, pero aquí ha habido demasiados jardineros regándole la maceta de la flor de la insania, que va camino de secuoya. Son todos esos que elevarán sentidos lamentos contra la-clase-política cuando todo se desmorone. No, muchachos. Esta mierda empezó cuando dejasteis que el paciente se fugara del frenopático. Cuando permitisteis su concienzudo desguace del PSOE. Cuando le aplaudisteis la moción por no sé qué imperativo regenerador. Cuando vais de lambiscones a sus saraos megalómanos para mendigar cuánto os toca de la piñata europea. Periodistas, empresarios, banqueros, políticos sin oficio, intelectuales sin lectores, politólogos sin vergüenza. Le habéis adulado hasta la náusea calculando que un Gobierno débil sería más fácil de pastorear y sablear, pero él se ha creído vuestra adulación. Y al señor de las moscas ya no lo para ni el Rey.
Cansa explicar lo obvio. Los muertos de octubre le importan tanto como los de abril. Interviene Madrid para enfrentar a Cs con el PP, para lanzar la campaña del PSC a las catalanas y para inflamar a Vox hasta anular a Casado como alternativa. Luego asignará personalmente los fondos en tres años para comprar votos con el pan para hoy, que ya mentiremos sobre el hambre de mañana. Y entretanto se propone arrancarle la venda a la diosa de la balanza y de la espada. Si lo logra, se acabó.
El final de Sánchez está escrito en la historia. La larga travesía de sus súbditos hasta entonces, también.
Pero ver aplaudidas las cacicadas de nuestro Calígula comprado en los chinos es como contemplar el orgasmo de Meg Ryan desde la casta oposición.
CARRIE
Chevi
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