POR EL COMANDANTE MARTOREL
Tripulaciones de los Azor en la Operación Golondrina. En el centro, de pie, el Cte. Martorell
LA ÚLTIMA GOLONDRINA FUE UN
AZOR
Base Aérea del Aaiún, domingo
18 de enero de 1976. En la pista de la Base, el T-7
Azor con numeral T-20,
perteneciente al 351 Escuadrón del Ejército del Aire, se dispone a
despegar, transportando a los
últimos soldados españoles que quedaban en el Sáhara: un
pelotón de la Legión a La
Palma, y a los componentes de la SATA (Servicio de Aerotransporte
Aéreo) del Ejército del Aire a
Lanzarote y Gando. El aparato lo pilota el Comandante
Martorell, Jefe del Escuadrón,
quien lleva como segundo a un Teniente piloto de complemento.
Ambos saben que este será el
último vuelo de un avión español en la antigua colonia
y que con él cumplían su
última misión dentro de la Operación Golondrina.
La operación Golondrina fue
diseñada a finales de 1975 para repatriar el contingente
humano y material del Sahara
con ocasión de la entrega que se hizo a Marruecos de dicho
territorio. El plan
contemplaba dos posibilidades, con dos actuaciones diferentes, según
se diera un ambiente de calma
o bien éste fuera hostil. Gracias a Dios no tuvo que activarse
el plan de emergencia y la
repatriación pudo desarrollarse ordenadamente.
Aun así, la situación era
delicada y aconsejaba actuar con prudencia. Eran muchos
los españoles, civiles y
militares que esperaban ser repatriados, alrededor de 10.500 civiles
y 7.000 militares aparte de
varios miles de toneladas de material, de modo que para dar protección
a la operación, en el Aaiún se
quedaron dos unidades de la Legión: la VIII Bandera
y el Grupo Ligero Sahariano I.
La 7ª Cía. del Grupo Ligero se alojó en el antiguo acuartelamiento
del Regimiento de Artillería.
A las 6 de la tarde del 20 de diciembre de 1975, el Capitán
Perote, Jefe de la Compañía,
tiene el triste honor de arriar la que hasta hace poco se
ha considerado la última
Bandera que ondeó en el Sáhara, que precisamente era la de dicho
Acuartelamiento de Artillería
y que se conserva actualmente en el Museo de la Legión. Sin
embargo, todavía quedaba izada
otra bandera que mecida por el viento africano señalaba
orgullosa el último recinto
militar español del Sáhara: la Base Aérea del Aaiún.
Cuando el T-7 Azor ya estaba
con los motores en marcha y rodando para el despegue
final, el Comandante Martorell
advirtió que la bandera española estaba izada y ondeando
en el mástil del aeródromo.
Los marroquíes comenzaban a invadir el recinto y el
Comandante, temiendo que la
bandera fuese deshonrada, no lo piensa dos veces, detiene el
avión y con él todavía en
marcha, baja por la escala trasera del avión, y se dirige hasta el
mástil entre una masa de
marroquíes que amenazaban con pasar de la tensión a la hostilidad.
Por fin, arría la bandera con
los correspondientes honores, y regresa al avión, trayéndola
de vuelta a territorio
nacional.
En Gando intenta entregar la
Enseña, pero en vez de premiar su meritorio comportamiento,
la amenaza de sufrir una
sanción por no haber seguido el protocolo de baja de una
Bandera oficial hace que
finalmente se decida a conservarla él mismo..
Jaime Pelayo Martorell Balién
falleció en 2002 siendo Coronel de Aviación. Entre
sus pertenencias apareció
aquella Bandera, la última que ondeó en el antiguo Sáhara Español,
su cartilla de vuelo en la que
se reflejaban las dieciocho misiones realizadas durante la
Operación Golondrina y algunas
fotos. Su hijo Jaime decidió donar todos esos recuerdos
que hoy se exhiben en el Museo
del Aire de Cuatro Vientos, digno final de una emotiva
historia..
JV Ruiz de Eguílaz
XXX Promoción
3 comentarios:
«Dios, qué buen vasallo si oviesse buen señor».
(Verso del Cantar de Mío Cid)
Precioso articulo, aunque falta información de su procedencia y autoría, lo cual se puede consultar en el siguiente link.
http://dulcetdecorumnegron.blogspot.com/2016/06/la-ultima-golondrina-fue-un-azor.html
Mi tío, un héroe.
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