11 sept 2016

OPERACIÓN GOLONDRINA
















POR EL COMANDANTE MARTOREL

Tripulaciones de los Azor en la Operación Golondrina. En el centro, de pie, el Cte. Martorell




LA ÚLTIMA GOLONDRINA FUE UN AZOR

Base Aérea del Aaiún, domingo 18 de enero de 1976. En la pista de la Base, el T-7
Azor con numeral T-20, perteneciente al 351 Escuadrón del Ejército del Aire, se dispone a
despegar, transportando a los últimos soldados españoles que quedaban en el Sáhara: un
pelotón de la Legión a La Palma, y a los componentes de la SATA (Servicio de Aerotransporte
Aéreo) del Ejército del Aire a Lanzarote y Gando. El aparato lo pilota el Comandante
Martorell, Jefe del Escuadrón, quien lleva como segundo a un Teniente piloto de complemento.
Ambos saben que este será el último vuelo de un avión español en la antigua colonia
y que con él cumplían su última misión dentro de la Operación Golondrina.
La operación Golondrina fue diseñada a finales de 1975 para repatriar el contingente
humano y material del Sahara con ocasión de la entrega que se hizo a Marruecos de dicho
territorio. El plan contemplaba dos posibilidades, con dos actuaciones diferentes, según
se diera un ambiente de calma o bien éste fuera hostil. Gracias a Dios no tuvo que activarse
el plan de emergencia y la repatriación pudo desarrollarse ordenadamente.
Aun así, la situación era delicada y aconsejaba actuar con prudencia. Eran muchos
los españoles, civiles y militares que esperaban ser repatriados, alrededor de 10.500 civiles
y 7.000 militares aparte de varios miles de toneladas de material, de modo que para dar protección
a la operación, en el Aaiún se quedaron dos unidades de la Legión: la VIII Bandera
y el Grupo Ligero Sahariano I. La 7ª Cía. del Grupo Ligero se alojó en el antiguo acuartelamiento
del Regimiento de Artillería. A las 6 de la tarde del 20 de diciembre de 1975, el Capitán
Perote, Jefe de la Compañía, tiene el triste honor de arriar la que hasta hace poco se
ha considerado la última Bandera que ondeó en el Sáhara, que precisamente era la de dicho
Acuartelamiento de Artillería y que se conserva actualmente en el Museo de la Legión. Sin
embargo, todavía quedaba izada otra bandera que mecida por el viento africano señalaba
orgullosa el último recinto militar español del Sáhara: la Base Aérea del Aaiún.
Cuando el T-7 Azor ya estaba con los motores en marcha y rodando para el despegue
final, el Comandante Martorell advirtió que la bandera española estaba izada y ondeando
en el mástil del aeródromo. Los marroquíes comenzaban a invadir el recinto y el
Comandante, temiendo que la bandera fuese deshonrada, no lo piensa dos veces, detiene el
avión y con él todavía en marcha, baja por la escala trasera del avión, y se dirige hasta el
mástil entre una masa de marroquíes que amenazaban con pasar de la tensión a la hostilidad.
Por fin, arría la bandera con los correspondientes honores, y regresa al avión, trayéndola
de vuelta a territorio nacional.
En Gando intenta entregar la Enseña, pero en vez de premiar su meritorio comportamiento,
la amenaza de sufrir una sanción por no haber seguido el protocolo de baja de una
Bandera oficial hace que finalmente se decida a conservarla él mismo..
Jaime Pelayo Martorell Balién falleció en 2002 siendo Coronel de Aviación. Entre
sus pertenencias apareció aquella Bandera, la última que ondeó en el antiguo Sáhara Español,
su cartilla de vuelo en la que se reflejaban las dieciocho misiones realizadas durante la
Operación Golondrina y algunas fotos. Su hijo Jaime decidió donar todos esos recuerdos
que hoy se exhiben en el Museo del Aire de Cuatro Vientos, digno final de una emotiva
historia..



JV Ruiz de Eguílaz
XXX Promoción

3 comentarios:

Javier de la Uz dijo...


«Dios, qué buen vasallo si oviesse buen señor».
(Verso del Cantar de Mío Cid)

Unknown dijo...

Precioso articulo, aunque falta información de su procedencia y autoría, lo cual se puede consultar en el siguiente link.
http://dulcetdecorumnegron.blogspot.com/2016/06/la-ultima-golondrina-fue-un-azor.html

Anónimo dijo...

Mi tío, un héroe.