ESPAÑOLES FRANCO HA MUERTO.
FRANCO DEJABA DE SER JEFE DE ESTADO.
Publicado en Noviembre de
20015.
Detalles desconocidos hasta
entonces y de gran valor histórico. Todo lo que se expone es fruto de
conversaciones con testigos de los hechos y documentos del autor.
En julio del año 1974 con
motivo del ingreso del Caudillo en el hospital por una flebitis se aplica por
primera vez el artículo 11 de la Ley Orgánica del Estado de 1967 y el Príncipe
de España, Don Juan Carlos de Borbón, asume las funciones del Jefe del Estado.
Un momento delicado. Aquellos días los ojos de ciertos personajes empezaron a
bizquear; mientras un ojo miraba a El Pardo y sonreía, el otro miraba a La
Zarzuela y hacía una mueca. Faltaba, acababan de asesinarlo, quien jamás dudó,
quien siempre miró de frente, el intérprete fiel y justo de la voluntad de
Franco: el Almirante Carrero Blanco.
Y se notaba. Se notaba en el
ambiente enrarecido de aquel Madrid que tomaba posiciones. La realidad del
Príncipe Don Juan Carlos, en la que algunos nunca creyeron, se materializaba
definitivamente. Hubo intentos para volver a jugar con las cartas marcadas que
el Almirante descubrió en su momento, pero no se atrevieron.
Javier Diez Ticio
Chevi Sr.
1 comentario:
Vicente Pozuelo no fue nunca el médico de cabecera de Franco. Entró en el equipo médico habitual, ejerciendo las labores médicas digamos más de cabecera, unos meses antes de noviembre de 1975. Cuando a Franco le empezaron los achaques, digamos. Pero jamás fue el médico de cabecera.
El médico de cabecera de toda la vida del Caudillo fue el doctor Vicente Gil. Gran médico y extraordinaria persona a la que, en mi adolescencia y debido a la estrecha amistad que tenía con mi padre, tuve el honor de conocer y tratar. De enorme carácter y forjada lealtad, era de los pocos (junto con don Camilo Alonso Vega en su día) que osaba ponerle las peras al cuarto al Generalísimo. Y en temas de salud para qué hablar.
Ese alto honor de ser el médico de cabecera de Franco, sencillamente se lo atribuyó a si mismo Pozuelo. Así, en algún momento, se titula él mismo en su oportunista libro al que sacó pingües beneficios y no sólo en lo económico. He de confesar que, aunque no lo compré, me lo leí muy detenidamente dada la gran cantidad de “errores” que me habían comentado que contenía. Por poner algún ejemplo, confundía empleos y apellidos de ayudantes y personal de servicio de la casa de SE, fechas de servicios de estos durante la agonía de Franco, tratamiento dado al manuscrito mensaje de SE a la Nación española, no hablemos de conversaciones relatadas con el Generalísimo fruto sólo de su imaginación… Eso sí el libro del impostor médico de cabecera se vendió como churros en feria.
Y claro, en su día en 1981 le escribí una extensa carta con acuse de recibo. En su inicio me presenté como hijo del último ayudante de Caballería de Franco, Coronel Rodríguez Colubi. Eso le diría de inicio mucho, casi todo. Se habían conocido y tratado mucho, especialmente a partir de octubre de 1975. Tras mi breve pero explícita presentación, le expuse lo dicho más arriba y algo más de lo que tenía conocimiento de causa. Quizás por ese mi conocimiento de causa, Pozuelo nunca me contestó.
Publicar un comentario